Yo: Bueno padre, te quiero
preguntar, algo
Arturo: Dime, príncipe, que
necesitas.
Yo: ¿Tú me quieres?
Arturo: Si, hijo yo te quiero, mucho te amo, y
estos cuatro años que he vivido contigo he aprendido mucho de ti, a pensar bien
las cosas y ser muy razonable, aunque eres un niño pequeño eres muy
inteligente, y guapo, me recuerdas a mi cuando tenia tu edad, era muy guapo e
inteligente, tuve muchas novias.
Yo: Te quiero pedir un favor.
Arturo: Si que quieres.
Yo: Te quiero tomar una foto.
Arturo: Adelante hijo.
Yo: Pero quiero que se vea tu
amigo.
Arturo: Porque no lo dijiste
cuando estaba con Luis, para que nos tomes la foto.
Yo: Luis, no tú amigo, de allí
abajo.
Arturo: ¿Quieres, que en la foto
salga mi pene?
Yo: Si, padre, me dijiste que te
pida lo que sea.
Arturo: Esta bien, pero no le
digas a nadie y no le muestras la foto nadie.
Mi padre, estaciono el carro, y
se bajo el cierre del pantalón, y salió su amigo, su verga y le tome varias
fotos.
Yo: Ya esta, padre.
Arturo: Ok, hijo
Yo: La puedo, tocar solo una vez.
Arturo: Bueno, tu madre, me dijo
que la confianza entre los dos es muy importante, así que tócalo.
Yo moví mis manos, hacia la verga
de mi padre, y la toque, toque su cabeza rosada, y sus bolas, y la masturbe un
poquito.
Mi padre guardo su verga.
Adolfo: Hijo, lo siento mucho, es
muy malo, que alguien nos vea en plena calle, haciendo esto que me pueden
llevar a la cárcel, que cualquier día te la puedo dejar tocar de nuevo.
Yo: Esta bien, papá, me puedes
comprar un helado y unos zapatos que me gustaron.
Adolfo: Esta bien, campeón, pero
no le digas a nadie, de lo que hice si.
Yo: Me dijiste campeón y eso solo
se lo dices a Roberto.
Adolfo: Si es verdad, tampoco le
digas a eso, porque me dejaría de hablar.
Llegamos al centro comercial, y
nos fuimos a comprar el helado y comida porque teníamos mucha hambre.
Adolfo: Me podrías enseñar, la
foto.
Yo: Si padre.
Saque mi celular que me habían
dado en navidad, y le enseñe la foto a mi padre.
Adolfo: Si esta muy bien, la foto
me gusta mucho.
Yo: Te amo, papi.
Adolfo: Ahora, yo te quiero
preguntar algo, porque me dijiste que te deje ver mi verga.
Yo: Es que me gusta padre, ahora
estoy viviendo la pubertad y quiero saber como tienen que crecer el pene.
Adolfo: Es verdad, hijo, pero te
gusta mi verga.
Yo: Si, padre me gusta mucho, la
tienes muy grande.
Adolfo: Espero, que también te
crezca muy grande para que cuando cumplas 18 no me decepciones.
Yo: ¿Por qué padre?
Adolfo: No, por nada, olvídalo,
sí; que quieres ir a comer, hijo
Yo: Ahh, pollo frio y papas,
helado.
Adolfo: Excelente, decisión.
Mi padre fue a comprar pollo y yo
me quede sentado, allí esperando a mi padre.
Cuando llego comimos juntos.
Yo: ¿Porque Roberto, se quedo
solo con Valeria, en la casa, y que era ese paquetito que le diste a Roberto?
Adolfo: Hay cosas, que un niño no
entiende, que te parece si me acompañas al baño, tengo ganas de orinar.
Fuimos al baño, y así estaba casi
vacío, y entramos nos pusimos en los urinarios, nos bajamos el cierre, y salió
nuestras vergas y empecé a orinar junto a mi padre.
Adolfo: Wow, si que tienes mucha
confianza, y la tienes grande, para tu edad, ¿la puedo tocar?
Yo: Gracias, padre, si por su
puesto.
Mi padre, toco mi verguita
flácida de 7 centímetros y la hizo erectar a 12, 5 centímetros.
Yo: Basta tienes tus manos muy
heladas, y me hace doler, esa sensación de manos heladas, en el pichín caliente
es feo.
Adolfo: Está bien, hijo.
Nos guardamos nuestras vergas en
el pantalón, y casi nos ve un guardia de seguridad, salimos y fuimos a comprar,
los zapatos que me gustaban.
Mientras yo me probaba, mi madre,
llamo a mi padre, él contesto.
Adolfo: Hola, amor, dime que
paso.
Martha: Mi amor, estoy acá, en
una hora y media, llego a la casa, y salimos a donde Julián, que nos invito a
comer a los cinco.
Adolfo: Esta bien, mi vida, estoy
con Roberto y Miguel, acá en el centro comercial, comprando unos zapatos que a
Miguel, le gustaron y comiendo un poco.
Martha: Ya que estas allá, cómprale
una camisa nueva a Miguel y a Ray, no quiero que vayan con camisas viejas.
Adolfo: Está bien, mi vida.
Colgó el teléfono, y compramos
los zapatos, mi padre llamo a Roberto, y yo hacia como que no escuchaba.
Adolfo: Campeón, como estas
cansado, o aun le das para otra.
Roberto: Padre, no se quiere
dejar, ahora esta enojada, y esta por irse que hago.
Adolfo: Dale un beso apasionado,
y empiézala a desnudar.
Roberto: Esta bien, padre,
gracias.
Adolfo: Esta bien, campeón date
cuenta que tienes una hora, y métele, bien duro, tienes todo mi apoyo.
Roberto: Bueno, chao padre.
Mi padre colgó el teléfono, y nos
fuimos a comprarnos camisas, para mí y Ray decidimos y las pagamos.
Luego, bajamos al piso del
estacionamiento, para ya irnos a casa.
Adolfo: Que tal si vamos a
comprar, unos bóxers y nos vamos a casa, vamos a ver si esta nuestro amigo
Manuel.
Yo: Bueno, padre, vamos a comprar
bóxers.
Subimos de nuevo el piso, y nos
dirigimos a la tienda de bóxers, y no estaba Manuel, sino un chico como de 18
años.
Chico: Buenas, tardes,
bienvenidos desean algo.
Adolfo: Donde esta Manuel.
Chico: Ahora, el señor Manuel,
esta descansando, desean algo.
Adolfo: Bueno, que más da,
necesitamos algunos bóxers, para el chico y para mí.
Chico: Buenas, mi nombre es
Andrés, y los ayudaré, bueno como quieren los bóxers.
Adolfo: El chico, los quiere
coloridos pero juveniles, y yo quiero algo grandes en la parte del pene, porque
no me gusta tener los cojones apretados.
Andrés: Hay bóxers, nuevos y hay
así para que se prueben, y hay bóxers nuevos de logotipos y de estampados, de
las marcas reconocidas.
Adolfo: Esta bien, enséñenos.
Andrés se demoro, unos momentos,
y regreso, traje bóxers decolores para mi, y para mi padre, bóxers aguados, en
la parte de la verga, entramos en los vestidores, y nos cambiamos.
Adolfo: Andrés, que opinas como
me queda el bóxer.
Andrés: Si, le queda bien, señor,
a ti también joven.
Adolfo: Me gusta están.
Andrés: bueno son 100 euros, en
total.
Mi padre cancelo, y nos fuimos al
carro, y nos dirigimos a la casa.
Camino a casa, que son casi 20
minutos, iba conversando con mi padre.
YO: Quien, es Julián
Adolfo: Julián, es un amigo de la
familia, es el padrino de Roberto, y tienen dos hijos, uno de tu edad, y otro
como la edad de Roberto.
Yo: ¿Y como se llaman?
Adolfo: Uno se llama, Juan y el
otro David.
YO: Espero tener amigos nuevos,
no los conozco.
Adolfo: Si, son buena gente, pero
no me quiero quedar mucho tiempo, tengo sueño.
Paso la 1 y 30 de que Roberto
necesitaba, para tener sexo con Valeria.
Llegamos a casa, y Roberto andaba
con una bermuda, sin bóxers y sin camiseta.
Adolfo: ¿Qué tal te fue, hijo?
Roberto: Bien, padre, tus
consejos me sirvieron de mucho
Adolfo: Y Valeria, donde esta.
Roberto: Ya la fui a dejar en un
taxi
Adolfo: Me alegro hijo, de que ya
no seas virgen, y Valeria tampoco, espero verla otra vez, para ver si cambio.
Yo: ¿Porque que paso, que le paso
a Valeria?
Adolfo: Hijo, son cosas de
grandes, luego te lo diré.
YO: Esta bien, padre, mira
Roberto, me compraron zapatos y bóxers nuevos.
Adolfo: si hijo, le compre
algunas cositas, para hacer tiempo.
Roberto: Me gustan los bóxers,
ahora voy a bañarme con agua helada, en la tina para relajar los músculos.
Adolfo: Relaja todos los
músculos, porque ya mismo tenemos una reunión de tu padrino.
Roberto: Bien, mi padrino Julián.
Yo: Porque se alegra tanto, por
su padrino
Adolfo: A veces le da
regalos.
te felicito me hice una re paja con tu relato seguí publicando mas. Te amo
ResponderEliminarHola están muy buenos los relatos. Sigan subiendo más por favor.
ResponderEliminarQueremos más historias para hacernos la paja. Por favor suban más. Se los agradecemos.
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