viernes, 3 de julio de 2015

Adolfo Franco, mi padre (Parte 2) Obsequios, consejos y más.




Yo: Bueno padre, te quiero preguntar, algo
Arturo: Dime, príncipe, que necesitas.
Yo: ¿Tú me quieres?
 Arturo: Si, hijo yo te quiero, mucho te amo, y estos cuatro años que he vivido contigo he aprendido mucho de ti, a pensar bien las cosas y ser muy razonable, aunque eres un niño pequeño eres muy inteligente, y guapo, me recuerdas a mi cuando tenia tu edad, era muy guapo e inteligente, tuve muchas novias.
Yo: Te quiero pedir un favor.
Arturo: Si que quieres.
Yo: Te quiero tomar una foto.
Arturo: Adelante hijo.
Yo: Pero quiero que se vea tu amigo.
Arturo: Porque no lo dijiste cuando estaba con Luis, para que nos tomes la foto.
Yo: Luis, no tú amigo, de allí abajo.  
Arturo: ¿Quieres, que en la foto salga mi pene?
Yo: Si, padre, me dijiste que te pida lo que sea.
Arturo: Esta bien, pero no le digas a nadie y no le muestras la foto nadie. 

Mi padre, estaciono el carro, y se bajo el cierre del pantalón, y salió su amigo, su verga y le tome varias fotos.









Yo: Ya esta, padre.
Arturo: Ok, hijo
Yo: La puedo, tocar solo una vez.
Arturo: Bueno, tu madre, me dijo que la confianza entre los dos es muy importante, así que tócalo.

Yo moví mis manos, hacia la verga de mi padre, y la toque, toque su cabeza rosada, y sus bolas, y la masturbe un poquito.

Mi padre guardo su verga.

Adolfo: Hijo, lo siento mucho, es muy malo, que alguien nos vea en plena calle, haciendo esto que me pueden llevar a la cárcel, que cualquier día te la puedo dejar tocar de nuevo.
Yo: Esta bien, papá, me puedes comprar un helado y unos zapatos que me gustaron.
Adolfo: Esta bien, campeón, pero no le digas a nadie, de lo que hice si.
Yo: Me dijiste campeón y eso solo se lo dices a Roberto.
Adolfo: Si es verdad, tampoco le digas a eso, porque me dejaría de hablar.

Llegamos al centro comercial, y nos fuimos a comprar el helado y comida porque teníamos mucha hambre.

Adolfo: Me podrías enseñar, la foto.
Yo: Si padre.

Saque mi celular que me habían dado en navidad, y le enseñe la foto a mi padre. 

Adolfo: Si esta muy bien, la foto me gusta mucho.
Yo: Te amo, papi.
Adolfo: Ahora, yo te quiero preguntar algo, porque me dijiste que te deje ver mi verga.
Yo: Es que me gusta padre, ahora estoy viviendo la pubertad y quiero saber como tienen que crecer el pene.
Adolfo: Es verdad, hijo, pero te gusta mi verga.
Yo: Si, padre me gusta mucho, la tienes muy grande.
Adolfo: Espero, que también te crezca muy grande para que cuando cumplas 18 no me decepciones.
Yo: ¿Por qué padre?
Adolfo: No, por nada, olvídalo, sí; que quieres ir a comer, hijo
Yo: Ahh, pollo frio y papas, helado.
Adolfo: Excelente, decisión.

Mi padre fue a comprar pollo y yo me quede sentado, allí esperando a mi padre.

Cuando llego comimos juntos.

Yo: ¿Porque Roberto, se quedo solo con Valeria, en la casa, y que era ese paquetito que le diste a Roberto?

Adolfo: Hay cosas, que un niño no entiende, que te parece si me acompañas al baño, tengo ganas de orinar.
Fuimos al baño, y así estaba casi vacío, y entramos nos pusimos en los urinarios, nos bajamos el cierre, y salió nuestras vergas y empecé a orinar junto a mi padre.

Adolfo: Wow, si que tienes mucha confianza, y la tienes grande, para tu edad, ¿la puedo tocar?
 Yo: Gracias, padre, si por su puesto.

Mi padre, toco mi verguita flácida de 7 centímetros y la hizo erectar a 12, 5 centímetros.
Yo: Basta tienes tus manos muy heladas, y me hace doler, esa sensación de manos heladas, en el pichín caliente es feo.

Adolfo: Está bien, hijo.

Nos guardamos nuestras vergas en el pantalón, y casi nos ve un guardia de seguridad, salimos y fuimos a comprar, los zapatos que me gustaban.

Mientras yo me probaba, mi madre, llamo a mi padre, él contesto.

Adolfo: Hola, amor, dime que paso.
Martha: Mi amor, estoy acá, en una hora y media, llego a la casa, y salimos a donde Julián, que nos invito a comer a los cinco.
Adolfo: Esta bien, mi vida, estoy con Roberto y Miguel, acá en el centro comercial, comprando unos zapatos que a Miguel, le gustaron y comiendo un poco.
Martha: Ya que estas allá, cómprale una camisa nueva a Miguel y a Ray, no quiero que vayan con camisas viejas. 
Adolfo: Está bien, mi vida.

Colgó el teléfono, y compramos los zapatos, mi padre llamo a Roberto, y yo hacia como que no escuchaba.

Adolfo: Campeón, como estas cansado, o aun le das para otra.
Roberto: Padre, no se quiere dejar, ahora esta enojada, y esta por irse que hago.
Adolfo: Dale un beso apasionado, y empiézala a desnudar.
Roberto: Esta bien, padre, gracias.
Adolfo: Esta bien, campeón date cuenta que tienes una hora, y métele, bien duro, tienes todo mi apoyo. 
Roberto: Bueno, chao padre.

Mi padre colgó el teléfono, y nos fuimos a comprarnos camisas, para mí y Ray decidimos y las pagamos.

Luego, bajamos al piso del estacionamiento, para ya irnos a casa.

Adolfo: Que tal si vamos a comprar, unos bóxers y nos vamos a casa, vamos a ver si esta nuestro amigo Manuel.
 Yo: Bueno, padre, vamos a comprar bóxers.

Subimos de nuevo el piso, y nos dirigimos a la tienda de bóxers, y no estaba Manuel, sino un chico como de 18 años.

Chico: Buenas, tardes, bienvenidos desean algo.
Adolfo: Donde esta Manuel. 
Chico: Ahora, el señor Manuel, esta descansando, desean algo.
Adolfo: Bueno, que más da, necesitamos algunos bóxers, para el chico y para mí.
Chico: Buenas, mi nombre es Andrés, y los ayudaré, bueno como quieren los bóxers.
Adolfo: El chico, los quiere coloridos pero juveniles, y yo quiero algo grandes en la parte del pene, porque no me gusta tener los cojones apretados.
Andrés: Hay bóxers, nuevos y hay así para que se prueben, y hay bóxers nuevos de logotipos y de estampados, de las marcas reconocidas.
Adolfo: Esta bien, enséñenos.
Andrés se demoro, unos momentos, y regreso, traje bóxers decolores para mi, y para mi padre, bóxers aguados, en la parte de la verga, entramos en los vestidores, y nos cambiamos.
Adolfo: Andrés, que opinas como me queda el bóxer.
Andrés: Si, le queda bien, señor, a ti también joven.
Adolfo: Me gusta están.
Andrés: bueno son 100 euros, en total. 

Mi padre cancelo, y nos fuimos al carro, y nos dirigimos a la casa.

Camino a casa, que son casi 20 minutos, iba conversando con mi padre.

YO: Quien, es Julián
Adolfo: Julián, es un amigo de la familia, es el padrino de Roberto, y tienen dos hijos, uno de tu edad, y otro como la edad de Roberto.
Yo: ¿Y como se llaman?
Adolfo: Uno se llama, Juan y el otro David.
YO: Espero tener amigos nuevos, no los conozco.
Adolfo: Si, son buena gente, pero no me quiero quedar mucho tiempo, tengo sueño. 

Paso la 1 y 30 de que Roberto necesitaba, para tener sexo con Valeria.

Llegamos a casa, y Roberto andaba con una bermuda, sin bóxers y sin camiseta.

Adolfo: ¿Qué tal te fue, hijo?
Roberto: Bien, padre, tus consejos me sirvieron de mucho
Adolfo: Y Valeria, donde esta.
Roberto: Ya la fui a dejar en un taxi
Adolfo: Me alegro hijo, de que ya no seas virgen, y Valeria tampoco, espero verla otra vez, para ver si cambio.
Yo: ¿Porque que paso, que le paso a Valeria?
Adolfo: Hijo, son cosas de grandes, luego te lo diré.
YO: Esta bien, padre, mira Roberto, me compraron zapatos y bóxers nuevos.
Adolfo: si hijo, le compre algunas cositas, para hacer tiempo.
Roberto: Me gustan los bóxers, ahora voy a bañarme con agua helada, en la tina para relajar los músculos.  
Adolfo: Relaja todos los músculos, porque ya mismo tenemos una reunión de tu padrino. 
Roberto: Bien, mi padrino Julián.
Yo: Porque se alegra tanto, por su padrino
Adolfo: A veces le da regalos. 

3 comentarios:

  1. te felicito me hice una re paja con tu relato seguí publicando mas. Te amo

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  2. Hola están muy buenos los relatos. Sigan subiendo más por favor.

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  3. Queremos más historias para hacernos la paja. Por favor suban más. Se los agradecemos.

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