miércoles, 10 de mayo de 2017

El nuevo colegio



Me presento mi nombre, es Ricardo, mi familia y amigos me dicen Ricky o Ric, soy algo rubio tengo 15 años, ya estoy empezando ir al gimnasio, ya estoy teniendo algo de musculatura, me considero bisexual, pasivo en relaciones homosexuales.

Les contaré lo que me paso en mi cambio de colegio.

Soy de California, pero por trabajo de mis padres, desde muy pequeño tuvimos que mudarnos a Guayaquil Ecuador, en donde aprendí español, estuve en una escuela de gente adinerada, pero por varios problemas, y ya como iba a colegio tuve que cambiarme.

Contaré mi experiencia cuando tuve 12 años, en una semana estaba buscando colegios para mí, con la ayuda de mis padres, vimos algunos y había uno que me gustaba, había una enorme piscina, y además de niñas guapas, y en ese momento me empezaban a gustar ya las niñas, y algunos niños mayores que yo.

En ese colegio había salones por cada deporte, y era increíble, y yo le dije a mis padres que ese colegio yo quería, en ese tiempo era algo gordito.

Tuve un viaje por todo Manabí y luego a Galápagos con unos amigos de mis padres, que resultó ser mi padrino de graduación (En Ecuador se escoge también padrino de graduación), en ese viaje me llamó la atención mi padrino que siempre dormía en bóxers, al igual que su hijo mayor de algo dos 2 más que yo, ambos tenían un increíble bulto, como dormimos en la misma habitación, yo era el ultimo en irme a dormir, solo para ver sus bultos en su bóxers, y morirme de miedo por irlos a tocar. (Espero contar eso en otro relato)

Cuando ya regrese, luego de haber tenido la experiencia de ver las gigantes vergas de mi padrino y su hijo, mis pares ya me habían inscrito en un colegio militar, el mismo donde estaba Davis, el hijo de mi padrino, era un colegio militar, que a mi no me gustaba, era muy grande tenia piscina y además de salones amplios y montañas en donde dejaban a los estudiantes hacer tipo casa secretas.

Ese día me levante muy furioso, cuando ya iban a mi carro, me había cambiado de ropa, y mi padre estaba muy feliz, siempre le había gustado pertenecer a la Marina de US, pero sus padres no tenían el dinero suficiente para pagarlo, y tuvo que dedicarse a otra cosa.

Llegamos al colegio, primero nos fuimos donde el director era un marino tenia un hermoso traje de color blanco, en ese momento mis pequeñas tetillas se habían parado, su gruesa voz, pasaba por mis oídos, y me hacia vibrar todo mi cuerpo.

Nos dio la bienvenida, y el nos dijo que le sigamos, comenzó a caminar, y yo no perdía de vista sus enormes glúteos, que se podían ver gracias a su caminar, y también a sus bóxers blancos que utilizaba, cuando llegamos a la oficina, nos hizo pasar, el se quedó en la puerta, y como yo era algo bajo para mi edad, mi estatura era casi como por su ombligo, de reojo vi su bulto, sentí una calentura proveniente de su verga, estaba tan cerca de su bulto, que el marino se tuvo que apartar un poco, antes mi padres no lo notaron.

Con eso muy poco se llenó la probabilidad de que me gustara el colegio.

Entramos él se sacó su gorra, y además se sentó empecé a examinarlo por todos lados desde sus manos velludas, hasta sus hermosos labios, sus ojos al igual que los míos algo verdes, y sus hermoso cabello cortado, lo hacia lucir muy hermoso, en ese momento mi verga se había erectado.

El marino, se presentó, su nombre era Capitán Teniente J. Montes, pero los cadetes tenían que decirle Teniente.

Habló con mis padres de todo, de la pensión de la matricula, de la lista de útiles, y sobre el día de la inauguración. No era problema para mis padres pagar la colegiatura.

Teniente: Bueno tienen algo más, alguna pregunta
Yo: Todos, los profesores son tenientes, o me van a hacer ejercicios
Teniente: No son profesores normales, pero si te portas mal, o tu curso de porta mal  tendrás problemas

Él se levantó, creo que tenía su verga erecta, ya que se pudo notar que algo se lo movió, mis padres se pararon y yo luego los seguí,  creo que mi madre no notó los movimientos de la verga del teniente, pero yo sí los hice, nos fuimos a otra habitación y nos hizo entrar.

Teniente: Aquí pueden comprar los uniformes, y luego pasen al cuarto de la derecha, para lo que resta.
Papá: Listo, está bien

Entramos y había otros dos militares, no estaban tan guapos como el Teniente, tenían un traje de camuflaje , que era el uniforme que yo iba a utilizar los martes y jueves, y además del maravilloso traje blanco que iba a utilizar los días lunes, y además, el de deportes que iba a utilizar los miércoles y viernes.

Me enseñaron el uniforme blanco, me tomaron medidas, y buscaron entre un ordenada montaña de ropa, buscaron un traje blanco, dos de diario y dos de deportes, ya que a mi madre no le gusta lavar tantas cosas.

Marino1: En el otro cuarto te pruebas la ropa, además sino te queda te llevamos otro.

Nos dieron una canasta con la ropa, y mi padre la cogió, salimos de la habitación y nos fuimos a la habitación de la izquierda, no nos dejaron entrar solo era para las estudiantes o cadetes mujeres, y nos tuvimos que irnos a la derecha.

Estaba cerrado, tuvimos que esperar un rato, y luego el Teniente nos abrió entramos y el encendió el aire acondicionado.

Allí adentro había muchos estantes algunos vestidores dentro de un pasillo, además en los estantes había zapatos y más ropa. 

Teniente: Cadete Fernández, coja su canasta y por favor espere en los vestidores.

No habían nadie más así que escogí cualquiera escogí el del medio, estaba poco visible, así que fue perfecto.

Me quité los zapatos, medias, camiseta y pantaloncillo, que tenía puesto, solo me quede en mis trusas, calzoncillos que llevaba puestos.

Ya me iba a comenzar a poner el primer uniforme, pero escuche la voz, del Teniente, él abrió tan rápido la puerta para ir a los vestidores.

Teniente: Toma, ponte eso, con el uniforme de deportes, y luego sale, para verte.

Yo estaba en calzoncillos, al ver al Teniente, creo que me erecté, el salió de los vestidores y yo revise lo que había allí, habían unos zapatos blancos una gorra, unas medias con el nombre del colegio, y un bóxer negro, nunca en mi vida había utilizado un bóxer.

Me coloque el bóxer, estaba muy apretado, pero tenía la plena vergüenza y no dije nada, como pude me vestí, me puse la bermuda, un calentador, una camisetilla, y la camisa del colegio, las medias y los zapatos blancos, además de la gorra, salí de los vestidores, estaba muy apretado, sentí que mis pequeños testículos iban a reventarme.

Madre: Que te parece, te gusta tu nuevo uniforme
Yo: Algo, si esta bonito.
Padre: Espero que te guste también el bóxer.
Teniente: Anda regresa, ya vimos, prepárate para el otro cambio (Otro Uniforme)

Fui rápido como pude, me quite toda la ropa, y la deje en el suelo, y rápido también me corrí hacia mis calzoncillos y me los coloqué.

Entró el teniente, y entre sus manos tenía, unos zapatos botas negros, unas medias azules, y una camiseta blanca, y al parecer otro bóxer de color azul marino.

Teniente: Cadete Fernández, como le quedó la ropa anterior.
Yo: Eh.. me quedó bien, pero no me gusta utilizar bóxers.
Teniente: Es una regla del colegio, y además te ayudarán en un futuro.
Yo: ¿Como?
Teniente: Bueno  a los que tienen calzoncillos les hacen calzón chino, y además te lo sujeta bien al pene.
Yo: Pero no me gusta
Teniente: Mira yo con mis estudiantes soy duro, pero como eres nuevo, voy a hacer la excepción contigo, te enseñaré como quedan los bóxers, pero no le digas a tus padres.
Yo: Bueno

El como pudo se bajó su brillante pantalón blanco y se los puso en las rodillas, y me enseño su bóxer blanco, tenía un gran bulto, me maraville viendo ese bulto, era muy gigante, creí que su verga estaba erecta, sus bolas se veían exquisitas, y además se le notaba su glande.

Teniente: Ve cadete, así se utiliza un bóxer, tiene que darle ajuste a su pene, pero no tanto, además tiene que mantener todo guardado, y si ocurre un levantamiento que no sospeche nadie, o que no se note.

Yo: Que es levantamiento
Teniente: Creo que eres muy pequeño, un levantamiento es cuando se erecta tu pene.

Tenía en ese momento mi verga a mil, nunca había visto a otro hombre así de tan al frente, solo a mi padre que cuando estábamos los dos estaba siempre en bóxers y a mi padrino y a su hijo.

Teniente: Bueno, vamos a ver que tal te quedó el bóxer negro.
Me quitó mi calzoncillo, y luego buscó entre la ropa que estaba en el suelo, el bóxer negro, me lo puso.
Yo: Ve no me queda.

Creo que el tocó mis nalgas, sus gigantes dedos jugaba con mi culito, y además rozaba mi pequeña verga.

Teniente: Es que te he dado un bóxer para niños, y tu por lo menos eres ya un M, pruébate el de acá.

Me dio el otro bóxer, no sé si noto que mi verga estaba ya erecta, me lo puse y me subió a la perfección, me gustaban mis nalgas, y mi pene estaba muy cómodo, y me gustaba la suave tela que tenía el bóxer.

Teniente: Ese fue el error, ahora termínate de vestir que yo voy a salir con tus padres.

Él se subió sus pantalones, en ese momento lo miré a los ojos, y por ultima vez vi su gigante bulto, que ya se estaba ocultando con sus casi perfectos pantalones blancos, se colocó el cinturón, y creo que solo cerré los ojos y ya había doblado la ropa que ya estaba en el suelo, se puso su cinturón y salió.

Me coloque el uniforme para los días martes y jueves, era un bóxer azul marino el cual ya tenía puesto, un pantalón jean azul marino, una camisa con botones celeste marino, una gorra tipo boina, además de las medias y unas pesadas botas militar.

Salí, camine donde mis padres, y ví que habían otras personas, creo que también tenían un hijo, pero hasta el momento no lo veía, mi padre estaba tan orgulloso, que se le soltó una lagrima, mi madre ya me estaba tomando fotos.

Teniente: Anda a los vestidores, te llevaré el tercero uniforme.

Ya me faltaba el último uniforme, entre a los vestidores y no escuche a nadie.

Yo: Hola hay alguien
Chico: Si puedes llamar al Teniente no me gusta este bóxer no me queda.
Yo: Creo que ya venía

En ese momento mi corazón se destruyó, pensé que por error me habían dado un bóxer que no me queda, o era una casualidad.

Yo entré a los vestidores, y me senté en un pequeño mueble que había, y escuche que entró el Teniente, estaba yo completamente celoso, pero podía escucharlos lo que decían.

Chico: No me queda el bóxer, estoy muy apretado, es mejor utilizar truza
Teniente: No, es obligación escolar, además el bóxer te ayuda en dos maneras
Chico: ¿En que?
Teniente: En que no te hagan calzón chino y además en sujetar tu pene, y lo acomoda
Chico: Pero no me gusta
Teniente: Mira yo con mis estudiantes soy duro, pero como eres nuevo, voy a hacer la excepción contigo, te enseñaré como quedan los bóxers, pero no le digas a tus padres. 

Era la misma, historia y la misma gigante verga que le iba a enseñar algo prodigio, y exquisito, me quede sentado, por tercera vez seguida mi verga se me había erectado, escuche como se quitaba se cinturón, y me imagine estando allí, esa verga gigante en mis manos, y le daba un besito.

Teniente: Cadete Mera, si ve como me queda el bóxer, le recoge todo su pene, y sus nalgas deben de quedarle muy bien.
Chico: Entiendo
Teniente: No estés nervioso, vamos a ponerte el bóxer.

Era la misma historia yo casi lloro, pensé que yo era especial, pero luego escuche algo que me alentó.

Chico: Creo que este me queda mejor
Teniente: Si ves, tiene que levantarte las nalgas, y guárdate bien el pene, termina de vestirte y sale, yo estaré un momento contigo.

Estábamos creo que a dos vestidores de distancia, luego creo que el salió donde estaban nuestros padres y dijo algo que escuche muy claro.

Teniente: El cadete Mera Guillermo, ya sale de los vestidores, por favor esperen.

Luego entro a mi vestidor.

Teniente: Ya debes de estarte cambiando

Me dio un bóxer blanco, un cinturón blanco, una camisa blanca y medias blancas y una gorra como el tenia puesta.

Yo: Pensé que yo era especial.
Teniente: Porqué
Yo: Es algo de casualidad de que le des el bóxer de un niño a otro chico, y que no le quede
Teniente: No lo creo
Yo: Le diré a mis padres, que me enseñaste tu bulto, mi padre es abogado fácilmente te puede demandar.
Teniente: Tranquilo chico, no lo hagas, que quieres a cambio.
Yo: Tres cosas
Teniente: ¿Cuáles?

No sé si yo estaba cayendo en su juego o él en el mio.

YO: Quiero que me regales dos bóxers más, adicional a lo que mis padres te van a comprar, no sé como lo hagas, además de en ese momento me enseñes
Teniente: Te enseñe, que cosa
Yo: Tu pene, quiero verlo, si lo haces no diré nada más.

Me puse mi bóxer blanco y la camiseta blanca y las medias blancas con el nombre del colegio

Teniente: Y cual es la tercera
Yo: Te lo diré después
Teniente: Déjame llevar al Cadete Mera donde sus padres, y luego darle la segunda ropa, le diré a tus padres que aun te estas probando la ropa.
Yo: Está bien, espero que así sea

El salió, mi verga estaba a full, yo no sabía que hacer, en realidad pensé que si yo había caído en su juego o él en el mio, nunca había hecho algo así, chantajear a un hombre a que me enseñe su pene.

Pasaron 7 largos minutos, y luego escuche botas, luego entró con el otro chico y le cerró la puerta, y el entró a mi vestidor.

Me hizo que haga silencio con su dedo, y luego se bajó muy despacio su zipper y un bulto enorme estaba allí.

Se acercó a mi oído y me dijo: Estas listo

Con mi cabeza asentí, y su pantalón cayó de nuevo, quedó en unos increíbles bóxers, blancos un bulto increíble, no tenía alguna marca, eran los mismos que yo tenía.

Su bulto estaba erecto, se translucía sus bolas además de su glande, el teniente me miró y se sonrió.

Moví mis manos hacia su elástico, y bajé una mata de vellos negros aparecieron, luego por así decirlo, cerré mis ojos y cuando los abrí la mitad de su verga estaba afuera, ya podía tocarla.
Con mi mano derecha cogí su verga y la alcé y con la izquierda le bajaba poco a poco su bóxer.
En un minuto que pasó su bóxer estaba en sus rodillas, y yo no podía apartar la vista de esa gran verga con esas bolas.

Teniente: Que espera, que más harás
Yo: ¿puedo?
Teniente: La tienes en frente de ti

La besé, besé la frutilla que tenía en la punta de su verga y luego le toque sus bolas, además de darles un beso.

Cuando ya me iba a proceder a mamar, llaman al Teniente

Teniente: Debemos dejarlo para otro día
Yo: Bueno, no se olvide de los dos bóxers.

Él se subió su bóxer, ocultando su enorme y blanca verga y se subió el pantalón y su cinturón, y salió.
Me vestí muy rápido, y también, salí.

Fui donde mis padres y había un niño se podría decir que era de mi edad, sus padres y los míos estaban hablando.

Padre: Hijo, él es Guillermo Mera, y también ira a su primer año de colegio contigo, podrían ser amigos

El niño que estaba allí se giro, y me saludo.

Guillermo: Mi nombre es Guillermo un gusto
Yo: Soy Ricardo
Mamá de Guille: Que hermoso le queda el traje, quédatelo puesto un rato, para tomarles la foto a los dos
Mamá: Si, hazle caso a la señora

Guillermo entró con el Teniente a los vestidores además con su último uniforme, no se demoró ni 8 minutos, y luego nos hicieron poner en una pose militar, y nos tomaron la foto, claro con el vergón del teniente a mi lado.

Luego Guillermo me siguió a los vestidores, y cogió su ropa, y entró al cubículo a lado del mío.

Guillermo: Quieres ser mi amigo, sino no importa
Yo: Antes, quiero preguntarte algo
Guillermo: Dime
Yo: Te enseño su bulto el Teniente
Guillermo: Sí, me excite por un momento, quería ver su verga pero no pude
Yo: También me pasó lo mismo
Guillermo: ¿Bueno quedamos como amigos o no?
Yo: Dale

El me espero, cogí toda la ropa y salimos juntos.

Cuando ya salimos dejamos toda la ropa en mesas diferentes, mientras el Teniente nos hacia las cuentas.

En total casi se hicieron como 150 dólares, y creo que inventó la promoción de que si mis padres compraban 5 bóxers más, nos regalaría dos.

Mis padres y los de Guillermo aceptaron.
Nos dio nuestra ropa, y salimos de allí.

En el estacionamiento nos despedimos y mis padres compartieron números con los padres de Guillermo.
Nos fuimos a mi casa.

Padre: Te gustó, el uniforme
Yo: Sí
Madre: ¿Te gustará utilizar bóxers?
Yo: Ya soy un niño grande, quiero utilizarlos
Padre: Bueno tienes 10, probablemente luego te compremos más.

Pasaron dos semanas, en ese tiempo no supe nada del Teniente, aunque el recuerdo de su verga estaba en mi mente, y yo ya me estaba tocando aunque aun no me salía semen, y gracias a él boté todos mis calzoncillos y mis padres me han comprado bóxers.

Tampoco había sabido nada de Guillermo, hasta que la solicitud de amistad me llegó y hasta que comenzó la inauguración

Gracias Roberto, quiero mamar tu verga, espero enviar el próximo relato pronto.